En este cuento infantil, Andersen cuenta dos historias sucesivas: La primera, nos relata cómo un duendecillo malvado crea un espejo que distorsiona todo lo que refleja y lo hace ver mucho más feo de lo que en realidad es, y de cómo dicho espejo se rompe en millones de pedazos, capaces de incrustarse en el ojo de las personas, haciendo que éstas vean las cosas más horribles de lo que son, y en su corazón, convirtiéndolo en hielo.
En la segunda historia se nos introduce a Kay y a Gerda, dos niños inseparables, hasta que un día, por culpa de la Reina de las Nieves, unos pedazos de espejo se incrustan en el ojo y en el corazón de la Kay. Ésto hace que Kay se separe de Gerda y, un día de invierno, sea llevado por la Reina hasta sus dominios, donde se queda embelesado con la misma y decide quedarse por siempre con ella.
La historia principal se revuelve alrededor de las aventuras por las que tiene que pasar Gerda para poder encontrar a Kay y así salvarlo de su hechizo.
Personalmente, este cuento no se encuentra dentro de mis favoritos, y hasta me costó terminar de leerlo por varios motivos: en primer lugar, porque el hilo de la historia se pierde en varias ocasiones, en las que el autor se excede en detalles innecesarios. En segundo lugar, porque el lenguaje no es el adecuado para un cuento de niños en mi opinión, es demasiado complejo. Por otro lado, queda inconcluso qué pasa con la Reina de las Nieves al ver que Kay ya no está en el castillo, y hay otros varios hilos de la historia que quedan sin un final apropiado (qué pasó con la bruja, cómo murió el cuervo, etcétera).
En cuanto a los personajes, éstos son los mejores constructos que tiene la obra, personajes bien delimitados, complejos y divertidos, perfectos para un cuento infantil.
PUNTUACIÓN: 2/5
No hay comentarios:
Publicar un comentario